Verona

Tras abandonar la ciudad de Milán, tocaba adentrarse en el Véneto, región que ocupa la parte noreste de Italia y que está compuesta por varias ciudades de obligada visita, como son Venecia, Padua o Verona.

Precisamente esta última sería nuestra segunda parada, aunque sólo para un par de horas, dando tiempo a ver una pequeña parte de la ciudad.

                   

Gracias a su posición geográfica, Verona siempre ha tenido una gran importancia, tanto en la época romana, donde era punto de unión de varias vías, como en la época medieval al estar tan cerca de la mercante Venecia. El casco viejo está partido en dos por el meandro del río Adigio, dejando a una lado la «Veronetta», situada sobre una colina, y al otro la parte llana, que es la que pudimos ver.

Hoy día, conserva perfectamente su aspecto medieval pero sin haber dejado de lado parte de la herencia de la época romana.

La Arena de Verona es el mejor ejemplo de ello, siendo el segundo anfiteatro romano más grande que existe y de los que mejor están conservados, habiendo sobrevivido a varios terremotos que afectaron gravemente a la ciudad, el primero en 1.117 y el segundo en 1.183. Se ven perfectamente los daños que produjeron en la fachada.

En el pasado, La Arena atraía a muchos espectadores, que venían incluso de lugares muy lejanos sólo para ver sus juegos y espectáculos, y hoy día lo sigue haciendo gracias al Festival de Verona; festival que se viene haciendo desde 1.913 y en el que se representan todos los años las obras líricas más importantes.

El autobús nos dejó en la Piazza Brá, punto de inicio de la breve visita. El ambiente que había en la plaza era fantástico, con las terrazas llenas de gente, disfrutando de la cena, del café, o del típico helado italiano, o simplemente paseando por el punto más importante y reconocido de la ciudad.

Desde esta plaza parten varias calles comerciales con todo tipo de tiendas y que conforme se va adentrando en ellas, uno empieza a detectar el ambiente medieval de la ciudad.

Una de las plazas más importantes es la de los Señores (Piazza dei Signori), siendo el centro del poder político durante el gobierno de los Scaligeri, etapa en la que la ciudad tuvo su mayor apogeo.

Con una arquitectura aristócrata y elegante, tiene en el centro un monumento a Dante, autor de la Divina Comedia y considerado el padre del idioma italiano.

Pero lo que más me llamó la atención de la plaza fueron los Arche Scaligere, un pequeño cementerio privado donde reposan en sarcófagos góticos los restos de los señores Scaligeri.

Pero además, hablar de Verona es hablar de Romeo y Julieta, obra de William Shakespeare que tomó como escenario la época medieval de la ciudad. Hoy día se ha convertido en lugar de peregrinaje para miles de enamorados y eso se nota en el ambiente. Es en la casa de Julieta donde se escenifica todo el fervor hacia esta obra.

Te sorprenderá, a la entrada de la casa, los miles y miles de mensajes de amor que hay pegados en las paredes.

Una vez dentro del patio, está la estatua de Julieta un poco «manoseada» para que de «suerte» y a la derecha el famoso balcón.

La visita no daba para más y tocaba subirse al autobús para dormir en un hotel a las afueras de uno de los puntos fuertes del viaje, Venecia. Fue un día largo, pasando la mañana en Milán y parte de la tarde en Verona, dejando muchas cosas sin ver, pero no se podía pedir más, sólo descansar para disfrutar la ciudad de los canales.

Artículos relacionados:

4 comentarios en “Verona

  1. Como tu, nosotros tambien solo pudimos pasar solo un dia, ya que estaba camino a nuestro destino final. Suerte que paramos ahi, es una ciudad bellisima. 🙂

    Me gusta

    1. Es preciosa, yo la tengo apuntada para ir de nuevo y disfrutarla como se merece!! Un saludo y enhorabuena por tu blog. Muy chulo.

      Le gusta a 1 persona

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

search previous next tag category expand menu location phone mail time cart zoom edit close