15 cosas que ver y hacer en el Valle del Jerte y alrededores

El Valle del Jerte es un destino perfecto para todo aquel que quiera desconectar de la ciudad por unos días.

Ubicado en Cáceres (y haciendo frontera con Ávila), en su interior encontrarás pueblos medievales, una naturaleza exuberante, piscinas naturales, impresionantes cascadas, una rica gastronomía y por supuesto, cerezos en flor.

Y es que si por algo es conocido el Valle del Jerte, es por la efímera explosión de color blanco provocada por la floración de los cerezos y que lo convierten, durante varias semanas, en uno de los destinos más visitados del país.

Pero como decíamos antes, en el Valle del Jerte vais a encontrar mucho más que cerezos, siendo un destino ideal para cualquier época del año y tipo de turismo.

Además, muy cerca también hay algunos pueblos que bien merecen la pena desviarse.

En esta entrada os vamos a contar 15 cosas que ver y hacer en el Valle del Jerte y alrededores:

  1. Mirador de la Memoria
  2. Garganta de las Nogaledas
  3. Garganta de los Infiernos
  4. Los Pilones
  5. Cabezuela del Valle
  6. Jerte
  7. Cerezos en flor
  8. Gastronomía
  9. Tornavacas
  10. Puerto de Honduras
  11. Hervás
  12. Casas del Castañar
  13. Cascada del Caozo
  14. Piornal
  15. Garganta la Olla

1. Subir al Mirador de la Memoria

Para empezar, nada mejor que poner en perspectiva la amplitud del valle y para ello, hay que dirigirse a algunos de sus miradores.

Uno de ellos es el Mirador de la Memoria, ubicado muy cerca de El Torno, el primero que hay desde el lado Plasencia.

Construido en el año 2008, cuenta con unas intrigantes esculturas en memoria de las víctimas de la Guerra Civil Española y la Dictadura.

Es curioso que justo un par de días antes de visitarlo se declaró la guerra en Ucrania y es que, lamentablemente, nunca llegaremos a librarnos de este mal.

Pero dejemos atrás las guerras y hablemos de las magníficas vistas que hay desde aquí hacia todo el valle y la Sierra de Tormantos.

De hecho, no dudamos en pegarnos un buen madrugón para contemplar la salida del sol tras las montañas.

Fue impresionante.

2. Maravillarte con las cascadas de la Garganta de las Nogaledas

En el Valle del Jerte hay cascadas para aburrir.

De hecho, si haces una consulta en google maps verás que hay un montón de gargantas y cascadas.

Aunque también es lógico y es que debido a la fisionomía del valle, con sus dos empinadas laderas, el agua encuentra su camino natural deslizándose hasta el río por las decenas de gargantas que se han ido formando con el paso del tiempo.

De todas estas gargantas, la de las Nogaledas es una de las más populares ya que cuenta con una preciosa ruta que asciende por el curso de la garganta.

A lo largo del camino os iréis encontrando con impresionantes cascadas y pozas, todo ello, rodeado de una exuberante vegetación. La ruta comienza en las afueras de Navaconcejo, cruzando el Puente Viejo pudiendo aparcar tanto en las calles del pueblo o en un pequeña zona de aparcamiento que hay al comienzo de la ruta.

Decir que nosotros no pudimos hacer la ruta ya que el día no acompañaba y además, íbamos con la pequeña y por tanto nos limitamos a ver la cascada que hay justo en la carretera que se cruza en mitad de la ruta. Con un día soleado, seguro que la hubiésemos hecho.

Aquí os dejamos los datos técnicos de la ruta:

  • Distancia: 2,5 km (ida y vuelta). Aunque se puede hacer una más larga de 4 km.
  • Tipo: lineal
  • Duración: sin paradas tardarás entre hora y media o dos horas, pero seguro que tardareis algo más, sobre todo si os dais un baño.
  • Dificultad: fácil/medio. Hay que considerar que no es un terreno llano ya que se va ascendiendo por la garganta. Así que algo de esfuerzo físico hay que hacer, aunque todo está perfectamente señalizado.

3. Reservar una excursión 4×4 por la Garganta de los Infiernos

La Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos, junto con los cerezos en flor, son los dos atractivos principales y más conocidos del Valle del Jerte.

Se trata del mayor monumento natural de la zona comprendiendo los términos municipales de Tornavacas, Cabezuela del Valle y Jerte. Cuentan con múltiples rutas senderistas y una gran variedad de fauna y flora pudiendo contemplar robles, fresnos, orquídeas salvajes, madroños, aves rapaces o nutrias entre otras muchas especies.

Sus cumbres más altas son Cuerda de los Infiernillos, el Cerro del Estecillo y el Castilfrío, donde los robles y castaños dan paso a la vegetación alpina.

Una forma rápida y sencilla de recorrerla es contratando algunas de las excursiones en 4×4. Estas excursiones se adentran en la reserva a través de vías forestales, llegando hasta los puntos más lejanos del parque mientras el guía nos va dando explicaciones sobre la fauna y la flora.

Uno de los lugares al que os llevarán es el Mirador del Chorrero de la Virgen que cuenta con una magníficas vistas panorámicas de la cascada del Manto de la Virgen y un par de paneles informativos.

Para los más aventureros existen decenas de rutas senderistas de las que os podéis informar en el Centro de Interpretación de la Garganta de los Infiernos que hay justo a la entrada del parque.

4. Alucinar con la belleza de Los Pilones

A pesar de pertenecer a la Garganta de los Infiernos, Los Pilones merecen mención a parte por su importancia.

Y es que se trata del atractivo natural más bello y emblemático del Valle del Jerte.

Se trata de trece espectaculares pozas y cascadas naturales que el agua cristalina ha ido creando con el paso del tiempo sobre las rocas de granito y que también son conocidas como las Marmitas del Gigante.

En verano es el mejor lugar para darse un buen baño rodeado de un precioso entorno natural. En cambio, en invierno, el agua corre por aquí con una gran virulencia, siendo todo un espectáculo visual.

Para llegar hasta punto puedes optar por alguna de las excursiones que antes comentábamos o recorrer un pequeño sendero de 3 kilómetros (ida) que parte desde el Centro de Interpretación de la Garganta de los Infiernos. Solo hay que seguir las señales verdes y blancas.

El sendero transcurre entre robles y castaños y si hay suerte, podrás ver alguna gineta o gato montés.

Hay otra ruta más larga, llamada Ruta de la Garganta de los Infiernos, que pasa también por Los Pilones y que se adentra en el interior de la reserva alcanzando tramos de bosques y las partes más altas de los torrentes de agua.

Aquí os dejamos los datos técnicos de ambas rutas:

  • Recorrido:
    • Ruta a los Pilones: lineal. Señales: verdes y blancas
    • Ruta Garganta de los Infiernos: circular. Señales: amarillas y blancas
  • Salida: Centro de Interpretación de la Naturaleza. Entre Jerte y Cabezuela del Valle. Entrada principal de la Reserva Natural de la Garganta de los infiernos.
  • Longitud: 
    • Ruta a los Pilones: 3 km (ida) 45 minutos
    • Ruta Garganta de los Infiernos: 16 km, 6 horas (total)
  • Dificultad: media-baja
  • Desnivel:
    • Ruta Los Pilones: subida y bajada: 234 m
    • Ruta Garganta de los Infiernos: subida y bajada: 718 m

5. Recorrer el casco antiguo de Cabezuela del Valle

Es el pueblo medieval más importante del valle y su mayor atractivo son las decenas de casas que han logrado conservar la arquitectura tradicional de la zona, hasta el punto que en 1998 fue declarado Conjunto Histórico Artístico.

Esta arquitectura se caracteriza por unos balcones y soportales de madera bastante llamativos y fachadas cruzadas con vigas de madera.

Será algo que iréis viendo a lo largo de los 11 pueblos que hay en el valle, así como en los alrededores.

El pueblo cuenta con empinadas callejuelas que invitan a perderse, siendo la Calle el Hondón la más conocida por su hilera de casas antiguas, muchas de ellas con escudos y anagramas de las familias nobles esculpidas en sus pórticos.

Muy cerca de ella se ubica la Parroquia San Miguel Arcángel, construida en el siglo XV sobre una antigua sinagoga y es que con anterioridad, Cabezuela del Valle contó con una población judía muy importante.

Justo detrás de la iglesia está el que es, para nosotros, el rincón más bonito del pueblo, la Plaza del Portal Nuevo.

Decir que en verano, es una parada obligadísima por sus 4 piscinas naturales que seguro que os aliviaran del calor extremo de la época.

A parte de las piscinas y las casas tradicionales, decir que aquí también se encuentra el Museo de la Cereza (precio entrada 1 €) donde podrás conocer todo lo que rodea al mundo del producto estrella del valle.

6. Visitar el pueblo de Jerte

Siguiendo un par de kilómetros arriba, por la misma N-110, llegamos a la localidad que le da, junto al río, nombre al valle.

Hemos de decir que no es ni mucho menos el pueblo más bonito de la zona ya que fue incendiado por las Tropas Napoleónicas en el año 1809.

No obstante, debido a su posición estratégica y actividades que ofrece, es obligado hacer una parada.

Al igual que Cabezuela, cuenta con varias piscinas naturales, ideales para el verano, ahora bien, en cuanto a su entramado urbano, el de Jerte es mucho más llano.

En su plaza principal, la de la Independencia, encontrarás la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción junto a la Torre Medieval, los dos monumentos más importantes de Jerte.

Desde aquí parten las calles más bonitas del pueblo, como son la Calle de los Bueyes o Coronel Golfín que cuentan con viviendas de arquitectura típica.

Para terminar, casi al final del pueblo, podrás visitar la Ermita del Santísimo Cristo de estilo barroco y junto a ella, la Hospedería del Jerte, un edificio histórico reconvertido en un alojamiento de diez.

Por cierto, muy cerca de aquí está también el acceso hacia la Garganta de los Papúos, uno de los puntos más importantes de barranquismo de España.

7. Contemplar los cerezos en flor

Como ya hemos comentado en varias ocasiones, el máximo esplendor del Valle del Jerte se da durante la floración de sus más de millón y medio de cerezos.

Varias semanas en el que prácticamente todo el valle se tapiza de color blanco siendo un espectáculo visual que atrae a miles de turistas.

Esta floración suele coincidir con la entrada de la primavera aunque como podéis imaginar no es una fecha exacta, siendo toda una incógnita hasta poco antes de la floración. Lo mejor es ir consultando en la Oficina de Turismo del Valle del Jerte, quiénes van más o menos indicando la posible fecha.

Lo peor, es que es casi imposible encontrar alojamiento libre para esas fechas y por tanto, hay que reservar con bastante antelación, por lo que coincidir es sumamente complicado.

Decir que durante la floración hay una red gratuita de autobuses entre las poblaciones para contribuir a evitar el colapso de las carreteras.

Nuestra visita fue unas semanas antes de la floración y por tanto, nos quedamos con las ganas de verlo. Aunque si es cierto, que ya había algunos cerezos en el que empezaban a asomar algunas florecillas.

8. Disfrutar de su gastronomía

Seguro que habéis escuchado alguna vez que en Extremadura se come de maravilla y el Valle del Jerte no va a ser una excepción.

El buen embutido y los platos contundentes son duda las estrellas de cualquier carta pero no hay que olvidar que estamos en la tierra de la cereza y por tanto, vais a encontrar muchos platos con este ingrediente, desde ricos postres hasta salsas para aderezar las carnes.

Incluso hay unas Jornadas Gastronómicas de la Cereza que se hacen en verano, justo cuando se recolectan las cerezas. Durante las jornadas, una serie de restaurantes del valle preparan menús especiales en el que la cereza siempre está presente.

A lo largo de los pueblos encontrarás bares y restaurantes para todos los bolsillos pero debéis saber que vais a comer muy bien.

En Cabezuela del Valle, pudimos cenar en el restaurante La Judería donde disfrutamos de un gran cena.

En Piornal estuvimos en Tormantos, que dispone de un menú bastante económico con platos caseros y tradicionales.

9. Conocer la historia de Tornavacas

Tornavacas está ubicado en el extremo norte del valle y de hecho, cuenta con un famoso mirador que hace frontera con Ávila.

Al igual que los dos pueblos anteriores, se levanta junto al río Jerte con una calle principal que cuenta con varios puentes que conectan ambos lados del pueblo.

Los más importantes son el Puente Cimero, de época medieval y la Puentecilla, que data del siglo XVIII. Estos puentes conectan las calles más históricas: Real de Arriba, Real de Enmedio y Real de Abajo.

Precisamente, en ésta última está la Casa de Carlos V, que fue donde se hospedó el Emperador en su camino hacia el Monasterio de Yuste.

No obstante, el rincón que más nos gustó del pueblo fue este pequeño afluente que da al río.

La pena fue que no corriese el agua.

Curioso el origen de su nombre, que según la leyenda, es fruto de un hecho histórico de la época del Al-Ándalus. En una de las batallas contra las tropas sarracenas, el rey leonés, antes las dificultades que estaba encontrando, decidió soltar las vacas durante la noche con astillas de maderas encendidas en los cuernos. Las vacas fueron hacia las tropas enemigas y cuando vieron las antorchas, creyeron que eran los refuerzos cristianos y salieron huyendo. Ante el éxito, hicieron «tornar las vacas» y en honor a ello, así se decidió llamar al pueblo.

10. Conducir por la carretera del Puerto de Honduras

Tomando una pequeña desviación que hay entre Cabezuela del Valle y Jerte, nos disponemos a recorrer una de las carreteras de montaña más bonitas de la zona.

Esta carretera conecta el Valle del Jerte con el Valle de Ambroz y es la excusa perfecta para visitar Hervás, justo al final de esta carretera.

32 kilómetros de una carretera que se adentra en la montaña recorriendo, a través de un sinuoso trazado repleto de curvas, unos paisajes espectaculares con amplios miradores además de atravesar frondosos bosques de robles y castaños.

El Puerto de Honduras está ubicado, obviamente, en el punto más alto, a unos 1.450 metros de altura, indicado en un cartel repleto de pegatinas de otros viajeros…

¡Cómo nos gustan estos rincones!

Decir que si recorréis esta carretera en Otoño, vais a poder disfrutar de un verdadero espectáculo cromático.

⚠️ Importante: si queréis ir del Valle del Jerte al Hervás y ponéis el GPS, seguramente os mande por otro camino mucho más sencillo que pasa por Plasencia (por autovía). Tendréis que obviarlo. Y es que tomar la carretera del Puerto de Honduras no se hace por llegar más rápido, sino por disfrutar de ella y sus paisajes. Eso sí, en invierno, hay que ir con máxima precaución e informarse que no esté cortada por la nieve.

11. Enamorarte de Hervás

Tras recorrer la espectacular carretera del Puerto de Honduras llegamos a nuestro destino: Hervás.

Como dijimos, Hervás ya no pertenece al Valle del Jerte, sino al Valle de Ambroz pero sería un delito no aprovechar la visita para perderse por uno de los pueblos más bonitos de España.

Un pueblo repleto de pequeñas callejuelas en pendiente con casas de adobe y piedra con siglos de historia y que cuentan con bellos entramados de madera y balconadas en el segundo piso.

E incluso fachadas recubiertas por tejas árabes instaladas en vertical y que sirven como aislante para la lluvia.

Si por algo es conocido Hervás, es por su judería, una de las mejor conservadas de España, tanto, que ha sido declarada Conjunto Histórico-Artístico y que forma parte de la Red de Juderías de España.

Este barrio judío tiene su origen en el 1395, cuando 45 familias judías llegaron huyendo de la persecución que había en otras partes de la península.

Se establecieron en la parte baja de la villa y durante más de 100 años convivieron en armonía con los cristianos, quiénes ocupaban la parte alta.

Finalmente, fueron expulsados por los Reyes Católicos, pero por suerte, el entramado urbano se conservó perfectamente, gracias sobre todo a los vecinos del pueblo que durante siglos han respetado y sido prescriptores de tan valiosa herencia.

Todo un viaje en el tiempo.

Podrás ver candelabros de siete brazos, Estrellas de David, nombres en hebreo e incluso los símbolos y huellas de los antiguos oficios.

La calle Rabilero es, para muchos, la más bonita y es que es realmente fotogénica gracias a las plantas y macetas con flores que se extienden a lo largo de toda la calle.

Desde esta calle también se accede a la que dicen que es la calle más estrecha de España, «la Callejilla» en el que apenas cabe una persona a lo ancho (50 cm es su parte más ancha y 35 cm en la más estrecha).

Otro rincón muy fotografiado es la esquina en la que se ubica la fuente con el «Caño del Tío Julián».

Tampoco os perdáis la Iglesia de Santa María de Aguas Vivas, edificada sobre el antiguo castillo del que aún se conserva el recinto amurallado y la torre defensiva. Desde aquí, se obtienen unas sensacionales vistas de todo el pueblo y las montañas que lo rodean.

Pero Hervás esconde muchos más rincones por descubrir y el que más nos gustó fue el Paseo Fluvial del Puente de la Fuente Chiquita, justo por donde pasa el río Ambroz.

Este puente medieval es la construcción más antigua de Hervás y pertenecía a la Vía de Plata. En uno de sus laterales hay una enorme piedra que es la lápida de la tumba del hidalgo Alonso Sánchez, benefactor del pueblo, aunque con el paso del tiempo, la piedra ha sido usada también como afilador de navajas y cuchillos.

Hay que cruzar el puente para ver una auténtica postal del ensueño con el río, el puente medieval y las casas de la calle del Vado, posiblemente las más bonitas de Hervás.

Y para terminar, un buen paseo nocturno nos terminará de enamorar.

💡 Si no os queréis perder nada del pueblo podéis reservar este free tour.

Sin duda, un pueblo que merece una visita.

12. Visitar Casas del Castañar

Ubicado en la cara norte de las montañas del valle y tras una buena dosis de curvas, llegaréis a otro de los pueblos que merecen visitar en el Valle del Jerte: Casas del Castañar.

Si bien su entramado no es tan histórico como por ejemplo el de Cabezuela del Valle, sí que podrás perderte por sus callejuelas y encontrar rincones muy auténticos.

Disfruta de sus plazas escondidas, de los balcones con flores y sus fachadas blancas.

No obstante, la mayoría de visitantes viene a contemplar los castaños centenarios que hay justo a las afueras del pueblo y que se pueden recorrer siguiendo el sendero de la Ruta del Castañar o la de la Hera de San Bernabé.

La mejor época para verlos es en otoño, justo cuando el bosque se vuelve mágico con sus colores ocres y naranjas.

13. Contemplar la Cascada del Caozo

Para nosotros, fue la cascada que más nos gustó de todo el valle y encima es muy sencillo llegar a ella.

Está ubicado en la Garganta de Bonal, entre los pueblos de Piornal y Valdastillas, está muy cerca de la carretera, pudiendo dejar el coche casi a los pies de la misma. Sólo hay que andar unos metros por un entorno bastante bonito rodeados de robles y castaños hasta llegar al inmenso salto de agua.

Cuenta con una pasarela que te permite casi tocar el agua aunque si eres de los que sufren de vértigo lo mejor es que no te subas, ya que se mueve de lo lindo.

En ese caso, mejor verla desde algunas de las piedras que hay en la parte de abajo.

Y por supuesto, posturear un poco.

La mejor época para visitarla es en la época de lluvias, cuando el salto de agua se vuelve impresionante.

📷 Consejo Fotográfico: si dispones de algún trípode o soporte donde apoyar la cámara (o móvil), intenta hacer una foto con el llamado «efecto seda». Solo se necesita poner la cámara en modo manual y configurarla para que haya más tiempo de exposición (valor f más alto). Con un tiempo de 0,5 ó 1 segundo será suficiente. El problema es que si hay mucha luz, necesitarás ponerle un filtro de densidad neutra. Siguiendo esas indicaciones conseguirás ese efecto tan llamativo.

14. Subir hasta Piornal

Si continuamos unos kilómetros más hacia arriba, llegaremos al pueblo situado a mayor altitud del valle y toda Extremadura (1.175 metros): Piornal.

De hecho, la bienvenida nos la da uno de los mejores miradores de la zona con un cartel que reza «Piornal a Ras de Cielo».

Desde aquí tendrás unas vistas completas de toda la zona sur del valle e incluso hasta Plasencia. Además, el mirador cuenta con la recreación de varios chozos tradicionales como las que utilizaban los antiguos refugios de los pastores.

Decir que Piornal, al estar en cota superior de la montaña, está más desprotegida y por tanto, suele tener una variación de temperatura considerable con respecto al resto de pueblos y el motivo por el que muchas de las fachadas están recubiertas por unas planchas metálicas poco fotogénicas.

Aquí hay dos claros protagonistas: el arte urbano y Jarramplas.

Tal vez te pueda sorprender que en un pueblo rural como éste su mayor atractivo sea el arte urbano, algo más común en zonas urbanas, pero así es.

Se trata de una iniciativa del propio pueblo en el que a través de preciosos murales pintados en las fachadas de las casas, han logrado crear todo un museo al aire libre representando algunos aspectos de la cultura y tradiciones de la región.

Y a su vez, maquilla el efecto antiestético de las planchas metálicas.

La verdad, es que los murales molan un montón, dándole un toque de color al pueblo bastante fotogénico.

Además, con la cosa de ir buscando las obras, se recorre el pueblo entero de una forma muy amena pudiendo ver sus bonitas fuentes o las chorreras que discurren por algunas de sus callejuelas.

Pero no sólo os limitéis a los murales.

Perdeos por todo el pueblo en busca de sus rincones más fotogénicos.

El otro atractivo de Piornal es El Jarramplas, una de las fiestas más curiosas e inusuales de España que incluso recientemente ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional.

En esta fiesta anual, que se celebra en Enero, El Jarramplas seleccionado se viste con un llamativo y colorido traje con cintas de colores y una máscara que le da un aspecto demoníaco, siendo «bombardeado» durante dos días por más de 20.000 kilos de nabos.

Sin duda alguna, es una fiesta bastante peculiar y que como podéis imaginar, atrae a un gran número de visitantes. Y por supuesto, para los vecinos del pueblo, es todo un honor ser seleccionado para ser el protagonista siendo la lista de espera de bastantes años.

A lo largo del pueblo encontrarás varias referencias a esta fiesta, desde un inmenso mural, hasta a una estatua. Incluso hay un museo (1,5€) en el que podrás conocer todos los detalles de esta singular fiesta como por ejemplo su origen, un personaje que robaba el ganado, burlándose el público de él.

15. Perderte por las callejuelas de Garganta La Olla

Garganta de la Olla, al igual que Hervás, ya no pertenece al Valle del Jerte, sino a la Comarca de la Vera (sí, la del pimentón). Pero al estar tan cerca, tampoco podéis desaprovechar la oportunidad de visitar otro de los pueblos más bonitos de Extremadura.

Un pueblo que ha sido declarado como Conjunto Histórico-Artístico por sus pequeñas y laberínticas callejuelas, sus bonitas casas de colores y por supuesto, por los balcones y soportales de madera tan común por estos lares.

Y es que son muy fotogénicas.

De todas estas casas, la más famosa es la Casa de las Muñecas, ubicada en el nº3 de la calle Chorrillo.

Con una fachada de intenso color azul, su nombre no tiene nada que ver con el de una juguetería. Justo todo lo contrario, era un prostíbulo que usaba la comitiva de Carlos V mientras éste se quedaba en el Monasterio de Yuste. Fíjate en el dintel de la piedra, donde hay una pequeña muñeca vestida con el traje tradicional.

Afortunadamente, hoy día es una tienda de alimentación que venden productos tradicionales de la zona.

También merece mención la Casa de Postas, vivienda que data del año 1576 y que se utilizaba como posada en la época de Carlos V.

Pero eso sí, no os limitéis únicamente a estas dos casas.

Perdeos sin rumbo por sus callejuelas y entenderéis rápidamente porqué es considerado como uno de los pueblos más bonitos de toda la comunidad.

En este paseo iréis dando con la Casa de la Peña, cuya imagen forma parte del escudo del pueblo por sus tres singulares vigas de madera apoyadas sobre una peña. O la Iglesia de San Lorenzo, con su espectacular torre de 30 metros.

Y por supuesto, tomar algo en las terrazas que hay en su Plaza Mayor.

Antes de abandonar del pueblo, os recomendados que hagáis también una paradita en la Garganta Mayor, un espacio natural ubicado a las afueras del pueblo y donde el agua es el protagonista.

Aquí encontrarás las piscinas naturales llamadas «Las Pilatillas» y que como podéis ver, tienen un aire parecido a Los Pilones (guardando las distancias).

Obviamente, en verano, toca un breve chapuzón en ellas.

Información Práctica

¿Cómo moverse en el Valle del Jerte?

Como habéis podido imaginar, prácticamente la única forma de moverse cómodamente en el Valle del Jerte es con vehículo propio.

Si no dispones de uno, siempre puedes optar a alquilar uno al mejor precio directamente desde este enlace.

Si por alguna razón no podéis conducir, podéis optar por utilizar las líneas de transporte público que enlazan cada uno de los pueblos del valle, aunque como podéis imaginar, os limitará mucho los movimientos.

¿Dónde alojarse en el Valle del Jerte?

Como cualquier destino rural que se precie, todo el valle está salpicado de bonitas casas rurales que harán del viaje aún más especial.

Además, todos los pueblos cuentan también con bastantes alojamientos, la mayoría pequeños apartamentos.

Esa fue la opción que elegimos nosotros, un pequeño apartamento ubicado en las Casas del Castañar llamado El Castaño Centenario.

El apartamento cuenta con una amplia habitación un pequeño salón y una cocina para poder cocinar, ideal por si vas con una niña pequeña.

En verano, también se puede optar por algunos de los campings que hay a lo largo del río Jerte.

Busca tu mejor alojamiento directamente desde este enlace.

Valle del Jerte con niños

El Valle del Jerte es un destino idea para visitar con niños ya que disfrutarán de lo lindo con la naturaleza o la tranquilidad de sus pueblos.

Estamos seguro que en familia disfrutaréis de unos días muy divertidos.

Aquí van una serie de consejos:

  • Agua siempre a mano: sobre todo si vais a realizar alguna ruta por el campo.
  • Protección solar + repelente de mosquitos: en verano, en esta zona, hace mucha calor, así que no hay que olvidarse de ello.
  • Gorra o sombrero: en la línea del consejo anterior
  • Carritos: en los pueblos no tendréis ningún problema ya que es sencillo moverse con ello. si vais ha hacer alguna ruta, por supuesto, que evitadlo. El porteo es la solución.
  • Entretenimiento: es posible que los pequeños se aburran, sobre todo en los pueblos. Por ello, es importante «gamificar» algunas de las visitas como la búsqueda de tesoros o pistas. En Piornal podéis plantear el juego de buscar los murales o en las rutas por el campo a identificar la fauna y flora.

💡Nuestra mejor arma contra el aburrimiento es una cámara infantil. Va a todos los sitios con ella haciendo fotos a todo lo que ve.

¡A disfrutar del Valle del Jerte con los peques!

Más información

Consulta más información, consulta la página oficial del turismo del Valle del Jerte:

www.turismovalledeljerte.com

Hasta aquí las 15 cosas que podéis hacer y ver en el Valle del Jerte.

Esperamos que os guste tanto como a nosotros.

¡Buen viaje!

5 comentarios en “15 cosas que ver y hacer en el Valle del Jerte y alrededores

  1. Descubre el Valle del Ambroz, un paraíso natural en Extremadura, España. Con paisajes impresionantes, ríos cristalinos y senderos encantadores, ofrece una conexión única con la naturaleza. Sus pintorescos pueblos cuentan historias centenarias y su gastronomía, destacando el jamón ibérico y la miel local, deleitará tu paladar. Relájate en sus balnearios y disfruta de tratamientos de bienestar. Ven y descubre el encanto inolvidable del Valle del Ambroz en Extremadura.

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  2. Juan Antonio Cabrera 9 marzo, 2024 — 9:37 pm

    Magnifico
    De gran ayuda
    Muchas gracias

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    1. Muchas gracias! Nos encanta que sirva de ayuda. Buen viaje!!

      Me gusta

  3. Artículo completísimo, muchas gracias!

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    1. Muchas gracias!! Esperamos que os sirve de ayuda. 🙂 buen viaje!

      Me gusta

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