Qué ver y hacer en Hoi An en dos días, la ciudad más bonita de Vietnam

Dicen que Hoi An es la ciudad más bonita de Vietnam, un lugar anclado en el tiempo que ha conseguido conservar el mismo aspecto que tenía siglos atrás, allá cuando era un importante puerto comercial.

Las expectativas sobre esta ciudad eran muy altas, pero al ser tan turística nos temíamos que no fuera para tanto e incluso que no nos gustara.

Pues no.

Hoi An es más bonita y fascinante de lo que podíamos creer y no solo por sus más de 800 edificios históricos que se han conseguido conservar,

sino también por su ambiente relajado;

por sus artesanos que se resisten a abandonar sus oficios;

por la exquisita gastronomía;

o por su energía mística cuando cae la noche.

Sí, Hoi An nos enamoró y seguramente lo haga con todo aquel que se decida a visitarla.

Fueron dos días recorriendo cada uno de sus rincones, llevándonos como recuerdo decenas de postales y momentos que han quedado grabados en nuestra memoria.

Historia

Es imposible entender esta ciudad sin antes conocer su historia.

Si bien su origen se remonta 2.200 años atrás y a que fue un importante puerto marítimo del reino Champa, fue a partir de siglo XV cuando la ciudad se convirtió en uno de los puertos principales de todo el sudeste asiático.

Durante cuatro siglos llegaron a sus orillas barcos chinos, japoneses, portugueses, españoles, indios, filipinos y de muchos más lugares del planeta haciendo de la ciudad un punto de intercambio de sedas de primera calidad, papel, especias, medicinas y todo lo que podáis imaginar.

De todos ellos, fueron los japoneses y chinos los que se asentaron en la ciudad, influenciando enormemente en la arquitectura de las casas y el estilo de vida de la población.

Gracias al encenagamiento del río a finales del siglo XIX, la ciudad perdió importancia como puerto comercial debido a que los barcos de la época no podían acceder al él, propiciando la conservación como ciudad pequeña y antigua. Y por si fuera poco, durante la Guerra de Vietnam, mientras el resto del país quedaba prácticamente destruido, la ciudad apenas sufría daños.

Con esta mezcla de casualidades, Hoi An se ha conservado perfectamente tal y como era siglos atrás y por ello, no es de extrañar que sea considerada como la ciudad más bonita del país y declarada Patrimonio Mundial por la Unesco.

¿Cuándo ir?

Esto es algo muy a tener en cuenta, ya que como sabéis, hay dos estaciones muy marcadas en Vietnam: la lluviosa y la seca.

Dependiendo de la zona la estación de lluvias es en una época diferente, siendo en Hoi An en Octubre y Noviembre, justo cuando fuimos nosotros.

El problema está que en estos meses el río Thu Bon se suele desbordar en un metro e incluso dos, inundando las partes más cercanas al río.

Antes de preparar el itinerario sabíamos el riesgo que conllevaba visitarla en esta época, con unas predicciones de lluvia que daban bastante miedo, pero no nos podíamos quedar sin ver esta ciudad y nos la jugamos.

Pues bien, tras varias semanas lloviendo con fuerza, fue llegar nosotros y salir el sol.

Llámalo suerte o acción divina, pero la lluvia no solo nos respetó, sino que además, tuvimos buen tiempo.

Pero para rizar el rizo, a los dos días de abandonar la ciudad, llegó un tifón (llamado Damrey) que provocó graves daños en la zona central de Vietnam, entre ellas Hoi An.

De hecho, coincidimos con una pareja que les pilló y nos comentaron que tuvieron que subir a la segunda planta del hotel porque el agua subió hasta la primera.

Y es que el río había inundado por completo toda la ciudad.

Así contaron los periódicos las inundaciones:

www.cnnespanol.cnn.com

www.france24.com

Sí, tuvimos mucha suerte…

⚠️ No os olvidéis que en un viaje de estas características, sí o sí debéis contratar un seguro de viaje para cubriros antes cualquier problema o accidente. Es lo primero que debéis contratar tras sacar los vuelos. Nosotros siempre confiamos en Iati Seguros que además tienen el producto Iati Familia, que incluye coberturas específicas para los pequeños. Consigue aquí un descuento del 5% en cualquier seguro de Iati.

Dicho esto, os contamos todo lo que hay que ver y hacer el Hoi An en dos días:

1. Contemplar el amanecer

Hoi An está abarrotada de turistas, no os vamos engañar.

Por ello, algo que tenéis que hacer, sí o sí, es pegarse un buen madrugón para contemplar la ciudad en plena calma al amanecer.

Estaréis vosotros solos sin turistas, únicamente con los vietnamitas que ya se estarán preparando para la larga jornada de trabajo.

Así pues, tenéis buena luz y gente local, justo lo necesario para conseguir una buena foto.

Os recomendamos que paseéis tranquilamente y en plena calma por la ribera del río con el sonido del agua y las pequeñas barcazas como banda sonora.

Será vuestro primer gran recuerdo.

2. Pasear sin rumbo por la ciudad

Lo mejor que se puede hacer en Hoi An es dejarse llevar.

Pasea lentamente por sus calles;

aventúrate a entrar en las pequeñas callejuelas ancladas en el tiempo;

observa los detalles de sus edificios antiguos;

el musgo de las fachadas;

y en definitiva, disfruta de una ciudad preciosa.

Pero también observa a los locales subidos en sus destartaladas bicicletas;

haciendo las ofrendas a las puertas de sus negocios;

o como se relajan viendo la vida pasar.

Muchas cosas hay por contemplar en su casco antiguo: museos, templos, talleres de artesanía, casas de mercaderes e incluso los pozos de los que se extrae el agua para cocinar el famoso cau lau.

Para ello, necesitarás comprar la Old Town Ticket que cuesta 120.000 VND (unos 4 €) y que te permite hacer 5 visitas entre casas, templos y museos.

Si te gustan las visitas guiadas, este tour te llevará por las principales atracciones de la ciudad (en inglés).

3. Cruzar el Puente Cubierto Japonés

Sin duda, el Puente Japonés es uno de los símbolos de la ciudad y lo primero que os saldrá en internet cuando busquéis alguna foto de Hoi An.

De hecho, aparece en el logo de la ciudad.

Se construyó en el año 1590 para unir la parte japonesa con la china con el fin de mejorar las relaciones comerciales, siendo el primero que unía las dos partes.

Durante la ocupación francesa fue ensanchado para que pudieran pasar los automóviles pero más tarde se volvió a su estado original, mucho más bonito y coqueto.

Es un puente precioso y punto obligado de las fotos de bodas.

4. Visitar las antiguas casas de los mercaderes

De los más de 800 edificios históricos, 18 están abiertos al público.

Entrar en ellos es retroceder en el tiempo, pudiendo conocer como eran las casas siglos atrás.

Como la entrada solo permite 5 visitas, nos decidimos por las siguientes:

Casa Tan Ky

Construida hace dos siglos por una familia vietnamita, es posiblemente la más bonita de las que se pueden visitar.

Con una arquitectura de influencias chinas y japonesas, la casa está a rebosar de detalles, con un precioso techo; poemas chinos escritos con incrustaciones de nácar; un patio que ventila y da luz a toda la casa y una bonita fachada.

La parte trasera que da al río es punto básico en el postureo de la ciudad. 😎

Casa Quan Thang

Construida por un capitán chino, esta casa tiene ya tres siglos.

Al igual que la anterior, también está llena de detalles, pero lo que más nos llamó la atención fueron sus inquilinos, una anciana con más de 100 años sentada en su antigua mecedora y su hijo, también bastante mayor.

Invitados por él, no perdimos la oportunidad de compartir algunos minutos con su madre. Lo que no nos esperábamos es que ella, por sí sola, se levantara y paseara por la casa.

Cuantas cosas habrá visto esta mujer pasar por sus ojos.

Sala de la Congregación China de Cantón

Con más aspecto de templo que de edificio, era el lugar de reunión para las familias chinas de origen cantonés.

Fundada en 1786, en su interior hay unos preciosos mosaicos de dragones y carpas,

un altar

y espectaculares estatuas de dragones.

Antigua Casa Phung Hung

Fue la última casa que visitamos siendo lo más llamativo su amplio vestíbulo.

Esta fue nuestra selección, pero como dijimos, hay muchas más a las que os animamos, como mínimo, a que contempléis sus fachadas.

5. Visitar sus templos

No te puedes ir de Hoi An sin conocer al menos alguno de los templos que hay repartidos por su casco antiguo.

De todos ellos, la Sala Congregación China de Fujian es el más imprescindible.

Originariamente era una sala de reuniones pero fue reconvertido en lo que es hoy, el templo más espectacular de la ciudad.

Dedicado al culto de Thien Hau, la deidad para la provincia china de Fujian, todo está relacionado con este dios, como por ejemplo una escena de él cruzando un mar tormentoso.

La verdad es que es un rincón espectacular.

Pero no es el único templo que merece su visita, pudiendo visitar también el templo de Quang Cong y las pagodas de Phuoc Lam, Chuc Thanh o Phac Hat.

6. Ver la vida pasar en la ribera del río Thu Bon

Hoi An no sería lo mismo sin su caudaloso río Thu Bon.

Ciertamente, es una relación de amor y odio, ya que todo lo que le da (y le ha dado) a la ciudad, es capaz de quitárselo de un suspiro en las intensas épocas de lluvias.

Os recomendamos que paseéis por ambos lados de la ribera, disfrutando de las vistas y el ambiente.

Nosotros pasamos bastante rato contemplando a los barqueros que reman de lado a lado tratando de pasear a algún turista.

La mayoría son mujeres y se tiran todo el día subidas es sus pequeñas barcazas ganándose la vida como esta señora a la que le hice esta foto al amanecer;

y luego esta otra por la tarde.

Ahí seguía ella y aún quedaba por llegar la noche, el momento con más actividad del día.

La verdad, es que hay que sentir admiración por ellas y en general por todos los vietnamitas: curran de lo lindo.

7. Vivir el ajetreo de su mercado callejero

Como en el resto de ciudades de Vietnam, una de las atracciones principales de Hoi An es su ajetreado mercado.

Alrededor del edificio del mercado se instalan diariamente cientos de puestos que venden de todo: carne, pescado, verduras, frutas, flores, …

Todo el mundo grita y las motos o bicicletas pasan a apenas centímetros de ti, pero no importa, te encantará.

Todo un espectáculo y más si te gusta la fotografía.

Deambula por los puestos sin importar que no vayas a comprar nada.

Ya dentro del edificio, encontrarás más puestos, aunque estos serán de especias, herboristerías, inciensos, ropa y vete tú a saber que más cosas.

8. Morir de amor con su gastronomía

El punto anterior nos lleva a uno de los platos fuertes de Hoi An: su gastronomía.

Para muchos, Hoi An es la ciudad de Vietnam en la que mejor se come.

La verdad es que nosotros no somos los más entendidos en el tema, pero si podemos confirmar que es donde mejor hemos comido y lo mejor, sin movernos de su mercado.

No nos podemos imaginar si hubiésemos ido de restaurantes.

Y es que en Hoi An hay varios platos que solo los podrás encontrar aquí.

Uno de ellos son las White Roses (bánh vạc), una especie de dumplings hechos a base de pasta de harina de arroz con forma de rosas rellenas de gambas o carne de cerdo. Hervidas al vapor, son servidas con cebolla crujiente y una salsa que con solo pensarlo se nos hace la boca agua.

Este fue el plato que más nos gustó (con diferencia) y de hecho repetimos varias veces…😍

Como dijimos al principio, solo están en Hoi An ya que son elaborados por única familia que mantiene la receta en secreto y abasteciendo todas las mañanas a los restaurantes de la ciudad.

Otro plato que hay probar sí o sí en Hoi An es el Cao Lau (cao lầu).

El clásico está compuesto por carne de cerdo, fideos de arroz anchos (similares a los japoneses soba) y vegetales de la zona. No obstante, existen numerosas variaciones con mil y una recetas que encontrarás repartidas por todos los restaurantes de la ciudad.

Según cuenta la leyenda, el Cao Lau solo se puede elaborar en Hoi An, porque los fideos han de hervirse con un agua especial procedente de determinados pozos Cham secretos que hay en la ciudad, siendo el mas famoso el de Ba Le.

Me extraña mucho que el Cao Lau que probamos en el mercado esté hervido con agua de esos pozos, pero no nos importa mucho, ¡estaban espectaculares!.

Si te gusta el mundo de la cocina, puedes apuntarte a esta clase de cocina vietnamita yendo al mercado para comprar los productos con los que después se prepararán los platos tradicionales que antes comentábamos.

O también, puedes hacer este tour gastronómico en bicicleta por Hoi An.

¡Toda una experiencia!

9. Alquilar una bicicleta y recorrer los alrededores

Sin duda, otra de las experiencias a vivir en esta ciudad.

Podrás alquilarla por todas partes aunque también muchos hoteles disponen de ellas para sus clientes, como fue en nuestro caso.

Una vez tengas tu bicicleta, lánzate a explorar los alrededores de Hoi An visitando las pequeñas villas rurales o yendo a la playa.

Adéntrate por los pequeños caminos rurales que hay entre los arrozales pasando junto a los icónicos búfalos de agua y contemplado a los locales trabajando la tierra.

¡Mola muchísimo!

10. Relajarte en la playa

Muy cerca de Hoi An, a unos 5 km, encontraréis dos playas principales: Cua Dai y An Bang.

Son playas perfectas para relajarse, sobre todo la de An Bang, mucha más tranquila que su vecina. Allí podrás comer marisco por un precio bastante bueno, refrescarte con un buen cocktail y disfrutar de un descanso merecido en unas tumbonas rodeadas de palmeras.

Nosotros fuimos con la bicicleta a la de An Bang, pero como dijimos al principio, no era época de playa.

De hecho, hacia un tiempo horrible, con un viento fortísimo que poco dejaba hacer.

Aún así, dimos un paseo por su orilla de fina arena dorada y por supuesto, nos mojamos los pies.

¡Había que probar el agua del mar de Asia!.

Nos quedamos con las ganas de ver a los pescadores subidos en sus pintorescas barcas de bambú redondas, esas que parecen una cáscara de nuez (llamadas thùng chaibrindándonos esas escenas típicas del mar que tanto habíamos visto por internet.

Pero bueno, no se puede tener todo, ¿no?

Tenemos la excusa perfecta para volver.

11. Hacer buenas compras

La tradición comercial de Hoi An sigue latente y por ello, una visita a esta ciudad es sinónimo de buenas compras.

Sin duda, la estrella son las sastrerías donde en apenas unas horas son capaces de hacerte un traje a medida.

Pero hay mucho más, como los pequeños talleres de artesanía que elaboran preciosas tallas de madera dignas de ocupar un lugar en el salón de tu casa como máscaras, figuras, etc.

Cerca del Puente Japonés también encontrarás galerías de arte, con cuadros y láminas que serán un gran recuerdo.

Y por supuesto, no nos podemos olvidar de las famosas tiendas de lámparas de bambú.

¿Quién no querría tener una de estos en su casa?

Estas tiendas son puro amor y caerás hipnotizado cuando llegue la noche.

12. Disfrutar con el atardecer

Llega el final de día y es hora de abrir bien los ojos, tener suficiente batería en la cámara y estar en el lugar correcto.

Y es que pasarán cosas muy interesantes en las siguientes horas.

Los farolillos comienzan a encenderse,

el agua del río se mimetiza con el cielo

y el color de las fachadas de las casas se vuelven aún más intenso.

Una luz suave y anaranjada que lo hace todo más bonito.

No sabrás ni a donde fotografiar ya que habrán demasiadas escenas dignas de inmortalizar.

Si solo podéis disfrutar de un atardecer, quedaros en el casco antiguo, pero si os quedáis más días, os animo a que vayáis a los alrededores intentando capturar alguna silueta por los arrozales.

¡Una pasada!

13. Enamorarse del ambiente mágico de su noche

Una vez que cae el sol llega la magia.

Las calles se alumbran con la luz de los farolillos de colores y junto a la iluminación de las casas, la ciudad se vuelve aún más bonita que de día.

Pero el verdadero espectáculo está en el río, con la versión diaria del Hoi An Lantern Festival, la fiesta de la luna llena.

Todo el mundo coge su vela de papel arrojándola al río para pedir un deseo, creando un mar de velas de colores flotantes precioso.

Claro está que es el negocio para los locales, primero vendiendo las velas y luego paseando a los turistas en barca.

Turístico pero, ¿acaso no es precioso?

Nosotros nos quedamos un rato sentados al borde del río disfrutando del espectáculo.

Sin duda, una de las escenas más famosas de Vietnam y de las experiencias más bonitas que podrás vivir en el viaje.

El broche de oro a nuestra visita.

Información práctica

¿Cómo llegar a Hoi An?

Para llegar, lo más probable es que tengas que hacerlo vía Da Nang, a 25 kilómetros de Hoi An, ya que es aquí donde están el aeropuerto y la estación de trenes.

  • Aeropuerto (Da Nang): esta es sin duda la mejor opción si tu viaje por Vietnam es de apenas un par de semanas. Tiene conexiones con las principales ciudades del país y las compañías locales low-cost como Vietjet o Jetstar funcionan de maravilla. Por ejemplo, el vuelo Hanoi – Da Nang nos costó 25 € el trayecto/persona con una duración de 1 hora y 15 minutos. Barato y rápido. Además, los aeropuertos vietnamitas son una maravilla, por lo menos los de Hanoi, Ho Chi Minh y Da Nang.
  • Tren (Da Nang): esta opción es más auténtica y más barata pero la pega está en la duración de los trayectos. Por ejemplo, desde Hanoi hablamos de 17 o 18 horas dependiendo del tren y si es desde Ho Chi Minh, nos vamos a las 20 horas de trayecto. Si tu viaje es de larga duración, puede ser una buena opción.
  • Autobús: tanto los precios como la duración del trayectos son bastante parecidos a los del tren, por ello no lo recomendamos. No obstante, está la opción del Open Bus, un sistema de buses (muchos de ellos sleeping bus) que conectan las principales ciudades de país parando en todas ellas con un ticket único. Uno puede elegir libremente el número de ciudades que quiere visitar y listo. Lo bueno de esta opción es que llegarás directamente a Hoi An.

Bien, hemos llegado a Da Nang pero ¿cómo ir de Da Nang a Hoi An?

  • Autobús público: es la opción más barata (unos 0,60 €) pero como no hay parada en el aeropuerto (la más cercana está a 3 kilómetros) solo te vale si estás ya en la propia Da Nang. Además, hay un horario limitado (de 5:30 a 18:00).
  • Autobús privado: algo más caro (5 €) y encima con los mismos problemas que le público.
  • Taxi: rondan unos 20 €, así que si sois varios os saldrá bien de precio y en apenas 50 minutos estarás en la puerta del hotel.
  • Servicio traslado contratado con el hotel: posiblemente la mejor opción. Sale más barato que el taxi (a nosotros nos costó 13 €), te recogen en el mismo aeropuerto y te quitas de problemas. Si bien no solemos coger traslado en ningún viaje, para esta ciudad merece mucho la pena. También lo puedes contratar directamente desde aquí.

¿Dónde dormir?

Si hay algo que no falta en Hoi An son alojamientos.

La mayoría son casas familiares acondicionadas como hotel, lo que viene siendo un homestay y suelen ser muy acogedoras.

Nos alojamos en The Corner Homestay siendo el mejor alojamiento del viaje.

Tiene buen precio (19 €/noche), desayuno incluido, unas habitaciones muy limpias y cuidadas. Lo mejor, su ubicación, en la isla An Hoi (justo enfrente del casco antiguo) tardando solo un minuto en llegar a todo el meollo. Incluso dispone de bicicletas gratuitas.

Además, la familia estuvo muy atenta y educada, haciéndonos sentir como en casa.

Lo dicho, un alojamiento de 10.

Aquí os dejamos el enlace por si queréis reservar directamente por Booking.

Pues hasta aquí todo,

¡ojalá os guste Hoi An tanto como a nosotros!.

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